La función, que combinó cine, reflexión y orgullo universitario, conmovió a estudiantes, académicos y visitantes con una historia que rompe prejuicios y dignifica vidas marcadas por el exilio.

Una historia real que desafía estigmas

El documental, que ha recorrido festivales y laboratorios internacionales, narra las vidas de Óscar, un expolicía de Milwaukee que asumió la identidad de su primo fallecido, y Rodolfo, un excontrabandista de migrantes en Texas conocido como “Antonio Montana”. 

Ambos cumplieron condena, fueron deportados a México y enfrentan el reto de reconstruir su vida mientras sueñan con reencontrarse con sus seres queridos. Entre aplausos y miradas conmovidas, la comunidad universitaria se sumergió en un relato que rompe estigmas y reivindica la fuerza de la resiliencia.

“La totalidad de su vida no solamente es la aventura que vivieron en Estados Unidos, sino el proceso de reconstruirse como personas en México”, explica Rocko, quien busca mostrar “el verdadero rostro de Óscar y Rodolfo” más allá de sus errores.

Del recuerdo familiar a una producción internacional

Para Rocko, el tema migratorio no fue ajeno; lo vivió desde niño al ver cómo parte de su familia emigraba a Estados Unidos. “Era un proceso muy raro de desprendimiento… cómo cambia el lenguaje, la cultura y la noción de identidad”, recuerda.

El destino hizo que conociera las historias de Óscar y Rodolfo de forma casi fortuita, y con una cámara básica y muchas horas de entrevistas, comenzó una producción de ocho años para llegar a la pantalla grande, atravesando retos tan inesperados como la llegada de Donald Trump a la presidencia y la pandemia de COVID-19.

El camino implicó no solo grabar en México y Estados Unidos, sino también participar en festivales en Panamá, Guanajuato, Argentina y Cartagena, recibir apoyos como Filma Jalisco y Eficine Producción, y redefinir el proyecto para adaptarlo a las circunstancias.

Una mirada a la migración desde la resiliencia

En un contexto donde la migración suele contarse desde el dolor o la victimización, IMPOSTORes propone otra mirada: la de la reconstrucción personal y la resiliencia. Rocko lo describe como un ejercicio de “hacerla un poquito como de su abogado”, permitiendo que el espectador conozca quiénes son realmente Óscar y Rodolfo, qué decisiones los llevaron a su situación y cómo han transformado su vida en México.

El alumni atribuye parte de este enfoque a su formación en la Universidad Panamericana: “En la Universidad Panamericana aprendí a amueblar la cabeza, a tener claros mis valores y principios para saber qué quiero comunicar”, afirma.

La producción contó con un elemento clave: el trabajo en pareja. Susana Jáuregui, esposa de Rocko y especialista en Finanzas y Contraloría por la Panamericana, quien lideró la planeación presupuestal y estratégica.

A los jóvenes que sueñan con contar historias, Rocko aconseja: “Pregúntense si de verdad lo quieren, es una carrera de resistencia. Expongan sus proyectos, vayan a talleres y no dejen de luchar. El tiempo es lo único no renovable”.

Más que un documental: un espejo social

IMPOSTORes no es solo un documental sobre migración: es un espejo que refleja la complejidad de la identidad y la capacidad de reinventarse frente a la adversidad. 

La Universidad Panamericana celebra el talento y la trayectoria de sus alumni que, con su trabajo, honran los valores y el compromiso social que caracteriza a la institución.